¿Qué hacer con los huesos de la pata de jamón?

Disfrutar de una buena pata de jamón serrano es uno de esos manjares que no tienen comparación. Reconocido mundialmente por su sabor y su gran calidad, el jamón español es un clásico, no sólo en las fiestas, sino también en cualquier momento del año. Ahora bien, un error muy común después de terminar nuestra pata de jamón, es creer que el hueso que nos ha quedado va directo a la basura. A lo largo de este artículo te contaremos lo mucho que puede aprovecharse, y de qué manera hacerlo.

Este hueso, que aparece después de haber quitado toda la carne y la grasa, recibe el nombre de codillo, y termina debajo de la pezuña del animal. Lejos de ser un desecho, el codillo puede utilizarse para potenciar nuestras comidas, preparar caldos y sopas, y sazonar todo tipo de recetas realizada en olla. El motivo por el cual realza el sabor de nuestros platos, se debe a que, en la zona próxima al hueso y la pezuña, se acumula gran cantidad de carne a veces de muy difícil acceso para el tenedor y el cuchillo. Es sabido que la carne más próxima al hueso es la que resulta más gustosa, por lo que desechar el hueso con estos restos de carne sería un error.

Cómo aprovechar el hueso de nuestra pata de jamón en pocos pasos

Para comenzar debemos verificar que nuestro hueso se encuentre en buen estado. Debe oler bien, esto es fundamental, de lo contrario no podremos usarlo y sí o sí deberemos desecharlo. Después de saber que nuestro codillo se puede utilizar, habrá que cortarlo. ¿De qué tamaño? Lo suficiente como para que quepa en una olla. Lo mejor sería en 3 o 4 partes pequeñas. Esta es el paso más complejo, para el cual quizás necesitemos algo de ayuda. Cortar un hueso no es una tarea sencilla, para ello vamos a requerir los instrumentos adecuados, esto es: un hacha o una sierra de buen tamaño. Dado que no todos contamos con este tipo de herramienta en casa, quizás podamos pedir ayuda a nuestro carnicero.

Una vez que tenemos el hueso cortado, podemos quitarle los restos de carne que le hayan quedado adheridos, con una cuchilla. Estas pequeñas virutas de jamón pueden agregarse a una salsa para acompañar nuestras pastas favoritas, pueden usarse para la preparación de omelettes, acompañar huevos revueltos, o inclusive, si eres de los que hacen su propio pan, puedes sumarlas a la preparación. Las opciones, como verás, son infinitas.

Pero volvamos al hueso. Sea cual sea el uso que decidamos darle, es importante que la cocción del mismo sea a fuego lento en una olla tradicional, para obtener un sabor más intenso. Con sólo hervirlo, podremos obtener un caldo concentrado de jamón muy sabroso, el cual no necesitará agregado extra de sal, dado que el hueso conserva parte de la sal natural de nuestra pata de jamón. Muy importante: al hervirlo irán acumulándose en la superficie todas las impurezas en forma de una espuma blancuzca o amarillenta, es necesario ir quitándola con una espumadera o una cuchara.

Podemos utilizar este caldo como base para preparar arroces, potajes o pastas, carnes al horno y todo tipo de recetas, lo importante es usar la imaginación e ir probando. Te aseguramos que no hay plato que no sepa mucho mejor con un toque del sabor inconfundible del jamón serrano.

Ahora bien, hablemos un momento de la conservación. Por su gran contenido de sal, tanto el jamón como su hueso, pueden conservarse durante varios meses sin perder su sabor. Es importante, si no vamos a utilizarlo de inmediato, envasarlo al vacío, o si prefieres, también puede conservarse en el congelador. Eso sí, deberás envolverlo en film antiadherente para que no se reseque cuando te decidas a usarlo.

Como puedes ver, el hueso de la pata de jamón está lleno de posibilidades. Ya sea como potenciador o para preparar caldos, sopas y otras delicias, tirarlo sería un error. Dejemos volar la imaginación y sumemos el exquisito sabor del jamón a todas nuestras comidas.